Esta historia la escribí hace muchos años. No cambié casi nada...la segunda parte está en camino porque nunca terminé este cuento...disfrutenla!..a!! y si se les ocurre un nombre diganmelo!
________________________
Julieta y Miguel son amigos hace un par de años. Hace tres años apróximadamente. Bueno ya no lo son. Es decir lo eran y ahora lo volverán a ser. Ufff..que complicado esto. Vamos a la historia mejor, leánla detenidamente, y sean testigos de tal amor. Sean testigos de como lo fui yo.
Se conocieron en el Colegio. Copartían los mejores momentos juntos. Eran confidentes. Ella guardaba los más grabdes momentos de él. Él, la aconsejaba cada vez que puediera. Y es que me da gran emoción decirles que había algo muy especial en ellos. Cada vez que se veían es como si no lo hubieran hecho hace mucho. Se mira y se abrazan por varios minutos. Ella siente sus grandes manos acariciando su espalda y él siente ese perfume que tanto le gusta y que la hace recordarla cada vez que lo huele. Y no hablan. Se abrazan.
Al parecer lo que siente el uno por el otro es solo amistad.Eso no lo diré aún, pero ya lo sabrán. Y a pesar de que para los demás son la pareja perfecta, nunca se han dicho lo que a ciencia cierta sienten el uno por el otro. ¿Por miedo?..verguenza?..ya lo sabremos.
Pasa el tiempo, los años, pero aún así son solo niños. Tienen trece años y deben cambiarse de Colegio. Los padres de Miguel se acaban de separa, y Gustavo, padre del chico, para poder tener tiempo en su empresa decide torpemente y sin mediar las concecuencias, mandar a su hijo a un internado en donde solo se podían ver una vez al mes.
Y Miguel está muy mal, y necesita a Julieta. Pero ella no sabe nada.
Y es por esto que las relaciones entre ellos se terminan abruptamente, y a pesar de que la risueña niña quiera con todas sus fuerzas ver a su amigo, no puede.
El osbtinado, terco y egoísta padre ha decidido cortar toda relación. Y es que no puede ser!. El pobre Miguel no tiene la culpa de la mala relación que hayan tenido sus padres, y no es posible que por la amargura de Gustavo, él esté pagando los platos rotos.
Pero no se puede hacer mucho. Miguel se cambia de casa. Y no puede más. Es en estos momentos donde requiere de su amiga, de esos largos abrazos, del olor de su perfume, de las interesantes conversaciones, de las dulces miradas con ella, de las noches en donde veían infinitamente las estrellas brillar, de la sonrisa de ella. Julieta. Necesita a Julieta. Y es que parece que se está enamorando.