Musique escrita

28.3.10

Entiendo.


Entiendo que hay días malos para todos. ¿Se han fijado que lo malo suele llegar 'todojunto'? Eso es típico. Como también es muy típico que lo bueno, por muy bueno que sea, sea arruinado en fracción de segundos por algo pequeño pero malo. Sensiblemente malo.
Yo a ratos creía ser demasiado cambiante en mis estados anímicos, pero creo (no, no creo. Tengo certeza) que lo he ido superando con creces.
Ahora bien, la vida me ha hecho más sensible, o será que tengo razón de estar así?
Entiendo que hay momentos en donde la vida te junta con personas maravillosas, con las cuales vives cosas increíbles y dices "vaya, qué bien se siente ésto" y quieres que siga así por siempre y hasta crees que así será.

¿Error?
No sé.
Entiendo a la vez que también la vida te separa a ratos de quienes más cercano sientes, entiendo que la vida te da decepciones, que pierdes batallas, varias batallas, que el sol no siempre ilumina y que lo que quieres que sea, simplemente no lo es en ese momento.
Entiendo esas y varias cosas más. Pero a veces entiendo las cosas mal, como quiero creer que las estoy entiendo mal.
Sí, sólo quiero creer que las estoy entiendo mal.
Pero por sobre todo entiendo que tengo dos ojos, que una mano lava la otra, que un paso le sigue al otro, que 'dos' es la clave. Entiendo la ambivalencia entre nacer y morir, en perder y encontrar. Sí, lo entiendo.

Entiendo que ventanas tengo dos; por una salgo, y por la otra, aterrizo.

Aterrizo.

Es como un te amo.


Iba en Santa Ana, y me dirigía a bellas artes, cuando de repente sentí un olor y te recordé. Recordé los juegos que teníamos; mirar el cielo y descubrir las figuras nuevas en él. U el otro; comprar algodones de dulce y darte del mío, y tú quitarme del mío a la misma vez.
Me bajé luego, y los pasillos del andén sabían a recuerdos y abrazos largos. Abrazos esperados.
Me gustan los olores porque es como la música. Me lleva a los recuerdos directos, y me hace vivirlos de alguna forma por segunda vez.
Todos tenemos un olor en particular, y cada cosa y lugar también.
Si hay algo por lo que pueda recordar, es por el olor.
Sí, tengo la manía de oler todas las cosas cuando las tomo con las manos, es como tomarlas por la escencia. Es como un abrazo apretado, como un beso intenso, como una canción apasionada, como un Te amo. Sí, eso me gustó; es como un te amo. Y es como un te extraño también, ¿por qué no?.

Me gusta el olor a limón y al de chocolate también. El de un te amo siempre y de un te extraño a ratos.

Me gusta.

26.3.10

Otra vez.


Da igual. Probaré otra vez. Fracasaré otra vez. Fracasaré mejor.

Hoy tengo ganas de probar. Hoy no tengo miedo.



21.3.10

Nunca volví


Creo que estoy de viaje aún, ese que comencé hace un par de meses y que por alguna extraña razón (porque de verdad es extraña) no acaba.
Ha sido una semana horrible. Atrasada en la Universidad, con sueño en todas las clases, des-organización, pocas ganas de hablar, besos por inercia, sueño, hambre.
Mal; ni fotos he tomado, mal, muy mal.
Y estoy sucumbida en una ambivalencia que a ratos me gana.
Si alguien más supiera cómo actuar frente a ésto que no fuera yo, le daría el cielo.

Hoy, hasta disfrutar de la noche estrellada me cuesta.
Pero vamos, que siempre hay alguien peor que uno.



Y hoy parte el otoño.

¿Eso sirve?

16.3.10

Quirihue 2010


Ya es el segundo día de la Universidad.
Hace una semana me fuí al sur a 15 kilómetros del lugar del epicentro del terremoto en Chile el pasado 27 de febrero.
Me siento bien extraña. A pesar de haber sido una linda experiencia, siempre quedan imágenes fuertes. Las casas en el suelo, las caras sonrientes llenas de fe, las risas de los pequeños, las repetidas réplicas, la ida, la venida.

Todo. La comida, el timbre, la música, los aplausos, las miradas, las rondas, y por sobre todo, la inocente manera de ver la vida de los enanos que a pesar de todo, son quienes más saben disfrutar en la vida. Vaya que sí.