Musique escrita

30.8.09

Cumpleaños feliz.

Llegué a mi casa cuando en el Condomio donde vivo, era otro el conserje. O bien se sacó el bigote. Era tarde.
Entré despacio a mi casa y me pareció raro ver una torta en la mesa. Como estaba cansada, no hice más que saludar e irme a mi pieza. Camino a ésta no dudé en pensar que tenía algo en la cara, por lo raro que me miraron todos, así que una vez allí adentro, me miré de inmediato en el espejo. Y no, no tenía nada nuevo.
Me saqué las zapatillas y las dejé ordenadas como le gusta a mi madre. Encendí el notebook luego y puse música. Cuando abrí facebook, ya eran más de las 12.30 de la noche.
“Dale mis cariños a tu papá, Susana. Que cumpla muchos más”.
Me dijo Miguel por msn.
Mierda, yo siempre le alegué a mi padre que debía hacerse una cuenta en el bendito facebook. Por suerte mi madre tiene, así que el próximo mes juntaré dinero para comprarle un pañuelo. De seguro le gustará.

7.8.09

Ahora que lo preguntas, la mayor parte de los días no puedo recordar. Camino vestida, sin marcas de ese viaje. Luego la casi innombrable lascivia regresa. Ni siquiera entonces tengo nada contra la vida. Conozco bien las hojas de hierba que mencionas, los muebles que has puesto al sol. Pero los suicidas poseen un lenguaje especial. Al igual que carpinteros, quieren saber con qué herramientas. Nunca preguntan por qué construir.
En dos ocasiones me he expresado con tanta sencillez, he poseído al enemigo, comido al enemigo, he aceptado su destreza, su magia. De este modo, grave y pensativa, más tibia que el aceite o el agua, he descansado, babeando por el agujero de mi boca.

No se me ocurrió exponer mi cuerpo a la aguja. Hasta la córnea y la orina sobrante se perdieron. Los suicidas ya han traicionado el cuerpo. Nacidos sin vida, no siempre mueren, pero deslumbrados, no pueden olvidar una droga tan dulce que hasta los niños mirarían con una sonrisa.

¡Empujar toda esa vida bajo tu lengua!que, por sí misma, se convierte en pasión. La muerte es un hueso triste, lleno de golpes, dirías.

Y a pesar de todo me espera, año tras año, para reparar delicadamente una vieja herida, para liberar mi aliento de su dañina prisión.

Balanceándose allí, a veces se encuentran los suicidas, rabiosos ante el fruto, una luna inflada. Dejando el pan que confundieron con un beso. Dejando la página del libro abierto descuidadamente. Algo sin decir, el teléfono descolgado....Y el amor, cualquiera que haya sido, una infección.

5.8.09

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A veces yo, amo demasiado.
Y demasiado nunca es muy bueno.