Fue casi imposible no imaginarme cuando saliamos por la lluvia.Antes de ayer, cuando llovía.

Me enamoré de tu locura. Hacías lo mismo que yo. Y es que sentir es vivir.

Recuerdo, que ESE día la lluvia tenía sabor a amor. Ese día. Era como estar recibiendo suaves caricias tuyas en mi rostro. Recuerdo que ese día no hacía frío.Nos quitamos las chaquetas y las dejamos a un lado.Yo solté mi paraguas y salté sobre una posa de agua. Me mojé por completo los pies, aún así no me resfrié.Aunque en ese momento daba lo mismo un resfriado.Daba lo mismo un resfriado y cualquier otra cosas que no fueras tú, yo y la lluvia sobre nosotros.

Quería que te enojaras por haber saltado sobre una posa y haberme mojado por completo.Pero no. Sonreíste, me seguiste y saltaste también.Saltamos juntos así como 9 meses, luego mis pies se cansaron.

Y antes de ayer, mientras llovía, pensaba en que sería bueno golpear tu puerta un día lluvioso y salir a sentir la lluvia en el rostro como soliamos hacerlo.

Sería bueno sentirnos en medio del agua en la cuidad. Y que nos miren, no importa.Cuando estoy contigo suelen importante pocas cosas.

Ir luego por un café mientras nos secamos, y mirarte mientras lo preparas. Por fortuna el café si te queda bien.Echarle 2 de azúcar y mirar por el balcón como santiago se limpia. Quizás también preparar algo para comer, tanto correr bajo la lluvia nos dará hambre, lo sé.

Pensaba en que sería bueno golpear tu puerta un día de estos, sin previo aviso.Como esos besos que nacían de la nada.

Recordé también que, al llegar a mi casa luego de un día lluvioso, siempre, pero siempre encontraba en mis bolsillos una hoja.Un tanto húmeda aún por haberla recogido del suelo mientras ésta también sentía la lluvia.

Pero no. Ahora es diferente. No golpié tu puerta en ese día lluvioso.No la sentimos, ni corrimos, no me sonreiste por haberme mojado las zapatillas ni me seguiste hasta llegar a la posa.

Y en mis bolsillos, lo único que encontré esta vez, fue un ramillete marchito de inseguridades.